La terraza

 Ayer pasé por Chorroarín 666, vaya gatillo fácil a la memoria.

Recuerdo como si fuera ayer, el momento en el que subí la escalera a la terraza, pararme frente a vos y que todo resultara en un beso de película. Las estrellas decoraban el cielo, las veía incluso con los ojos cerrados. Desde ese momento no hubo lugar a duda, todo fué entrega y amor en crecimiento. El valor que conllevaba el acto era arrollador.

Recuerdo los ferrero roller, la manta, la almohada. Esperar a que termine el ensayo para hablar horas y besarnos otras. Recuerdo la perfección de la medida en que encajaban nuestros cuerpos. Todas las bocas que callaron el hecho de ser nosotros.

Te extraño, no me animo a decirlo, un poco porque quiero que seas libre, otro poco porque el agua por el puente pasó indudablemente y ahora te toca a vos conocer la felicidad que habita en la soledad.

Te extraño, aunque sigo adelante cada día intentando asegurarme de abrir mi corazón a todas las posibilidades. 

Mi deseo es que seas siempre feliz, que nunca te falte un paraguas y que algún día recuerdes encontrarme bajo la lluvia y volver a eso, que vos y solo vos sabes.

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